sábado, 15 de junio de 2013

El padre de Simón

"Detención" una escena típica en las películas gringas, un salón de clases, un grupo de adolescentes que tienen que quedarse porque han cometido alguna falta y una maestra o maestro que los cuida; pues esa seré yo esta y la próxima semana.

Extraoficialmente los alumnos salieron de clases el miércoles, empero los alumnos que rebasaron el número permitido de faltas o acumularon cierta cantidad de retardos en alguna(s) materia(s) tienen que quedarse una semana más en la escuela, hasta el 19 de junio, fecha oficial de fin de cursos según la SEP.

Para no perder hora y media de mi vida discutiendo con ellos sobre si es justo o injusto que se estén perdiendo una valiosa semana de su verano en estar encerrador en la escuela les he dejado un solo trabajo: terminar su libro de ejercicios; les pedí que trabajaran a su ritmo, cuando quisieran y como quisieran, siempre y cuando ese libro estuviera terminado el próximo miércoles -tarea que dicho de paso es tediosa y enorme-.

Yo me siento como buena asalariada con una taza de café y un libro en mano, resuelvo dudas de vez en vez y vuelvo a mi lectura, mientras ellos pierden el tiempo platicando sobre sus actividades diarias y una que otra fiesta a la que asistirán el finde.

He podido leer varias cosas, unas más interesantes que otras, por ejemplo por primera vez en mi vida he comenzado a leer El lobo estepario y bueno me ha encantado hasta el momento, he terminado dos novelitas infantiles y comenzado un libro de Juan Villoro... tengo dos horas diarias con cada grupo así que saquen cuentas si he podido leer en estos días (son cuatro grupos).

Hoy leí  una antología de cuentos, en ella aparecía un cuento corto que me ha dejado un extraña sensación: "El padre de Simón" de Guy Maupassant; el cuento me gustó, me sorprendieron algunos detalles, me molestaron otros como la construcción del sujeto femenino o la solución del conflicto.

Sin embargo un detalle, un sólo detalle del cuento, me provocó una sonrisa, una sonrisita culposa, una idea que me ha tenido dándole vueltas en la cabeza todo el día.

Pensé en eso mientras cocinaba, cuando comía, al lavar los platos, pasear al perro, lo comenté en el café con una amiga, en la noche con mi hermana, supongo que me iré a dormir con esa idea en la cabeza.

A fin de cuentas es lo que siempre me ha gustado de leer, encontrar ideas, imágenes, personajes, que me hacen pensar en ellos todo el día.


2 comentarios:

  1. jajaja esta bien gacho eso de tener que ir a clases cuando ya ni dan clases, yo el tiempo que di clases perdia una a la semana organizando debates, asi los ponia a discutir entre ellos en lugar de conmigo y no tenia que preparar clase para ese dia. despues lo deje eso de dar clases no es para mi.

    hola, no estaba muerto, andaba de malabarista...

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